Lola

Esta semana estoy de vacaciones, que mejor para aprovechar el tiempo que ir ha hacer gestiones, esas que siempre se dejan para estos días... Esta es la fachada de la sede de la Seguridad Social de Mérida, precioso edificio, si nos fijamos un poco, se puede ver que hay un escalón en la entrada, es bastante alto para ir con bastones, pero para silla es totalmente inviable, el guardia de seguridad que por supuesto esta dentro y al que alguien amablemente tiene que avisar, es la persona que con más empeño que pericia tiene que subirte, y la verdad es que aun así, más vale que vayas acompañada, puesto que se necesita de dos personas para aguantar la silla.
Una vez dentro hay una rampa, es empinada pero con la baranda y un poco de esfuerzo... si coges núm. hay que ver en que mesa te va a tocar, ya que desde que el espacio es un bien escaso, haciendo algunos cambios de mobiliario, puedes ponerte enfrente de quien tenga que informarte.
El problema real, viene cuando a la persona que quieras ver, esté arriba, entonces si que tienes que ser un amante del riesgo, allí se ha habilitado en unas escaleras propias de edificios antiguos, una de esas sillas que a ras de la barandilla te van subiendo despacio, pero que por no sé que motivo no te recomiendan usar... El acceso hasta ella es complicado otra vez por bien escaso que es el espacio y transferirte desde la silla, ya ni os digo. Así que el personal opta por bajar a informarte y preguntarte abajo, eso sí con todas las otras personas alrededor, muy propio para la intimidad que conllevan este tipo de trámites.
Quién dijo que las leyes de accesibilidad están para cumplirlas... y en los edificios públicos no rigen...