
Aprovechando el encanto y arquitectura naturales de la ciudad de Cáceres, Baños Árabes “El Aljibe” abre sus puertas en pleno casco histórico para trasladarles a tiempos mudéjares.
Recuperando tradiciones como el culto al agua, os invitamos a un oasis de silencio, belleza y relajación, compensando la energía, devolviendo el equilibrio y la armonía. Piedra, celosía, perfumes, luces, sombras, brillos y reflejos para recrear vestigios de un pasado de ensueño.
Las instalaciones ofrecen la posibilidad de tomar baños de agua caliente, templada y fría distribuida en varias piscinas. Dicho baño se puede complementar con un masaje relajante realizado en espalda y piernas con aceites aromáticos. La duración aproximada del masaje es de 15 minutos existiendo la posibilidad de ampliarlo a 30 minutos. Además, se ofrece la degustación de un té típico árabe durante la sesión. El tiempo total de permanencia en los baños es de una hora y media (incluido el tiempo dedicado al masaje). Todo ello en un cálido e íntimo ambiente iluminado por velas y aromatizado con esencias de flores.
Así se presentan los Baños Árabes "el Aljibe" de Cáceres, atractivo ¿no? pero como aquí pretendo comentar mis experiencias, tengo que matizar algunos términos, primero, sí, está en la parte antigua de Cáceres, es cierto, con lo cual son difíciles de ubicar, aunque te hayas copiado todas las intrucciones del buscador del Google, además no se puede aparcar, así que te toca subir una cuesta, que cuesta lo suyo subir, jajaja. Una vez dentro te hacen descalzar, cosa fácil para cualquiera, pero no para mi, que tuve que pasar casi dentro para poder sentarme en un banco, y que se nota que no está allí para ese fin. Los vestuarios para las chicas, están detrás de la sala de masaje, que está oscura para permitir la relajación y estrecha por las camillas donde se imparten, así que a oscuras y con poco espacio tienes que acceder a los vestuarios, no sin antes matarte por el escalón que primero bajas y que a los dos metros subes para entrar. El baño no está mal, auque la parte del bater es un poco pequeña, para entrar con muletas, no digamos con silla, las duchas si son amplias, eso sí otra vez te encuentras con que tienes que buscar desesperadamente un banco para cambiarte. Una vez en las piscinas, que para llegar pasas otra vez por la zona de masajes, te encuentras que hay tres, la más grande y comoda es la templada, despúes hay una más pequeña de agua caliente, y la más pequeña de todas que es la fría, el espacio entre ellas es reducido, impensable para alquien en silla, eso sí a mi me permitió ir a gatas entre una y otra, ya que subir los escalones, era muy difícil a pesar de las barandas, ya que eran excesivamente altos, para cualquier persona con problemas de movilidad. El rinconcito del té no está mal y además es excelente, te lo ponen allí calentito en la mesa y te lo puedes servir cuando quieras. Del masaje, lo que quizás más me sorprendió fue que el personal que está allí aun viendo la dificultad que me suponía subirme a la camilla, no me ofrecieron ninguna ayuda, lo zanjaron con un simple ¿puedes? pero ya estoy acostumbrada a que la mayoría de la gente no sepa como tratarnos, así que una vez que me pude subir, y dar la vuelta, luego si lo disfruté, te lo dan con un aceite aromático que tu mismo eliges y es relajante, mi espalda más curtida, lo notó algo menos pero los pies y las piernas, me quedaron genial. Así que sólo me queda decir que en este caso ¡Prueba Superada! eso sí con mucha tenacidad y esfuerzo, pero sólo se lo puedo recomendar a los valientes, que sepán que van a tener que currárselo un poco.