Lola

"¡Mamá, mamá! ¿por qué Marga está siempre sentada en esa silla?" -Me preguntó un día Jon, cuando íbamos por la calle-. "Pues porque es su forma de moverse" -le contesté yo-. Jon me miró cerrando un poco sus enormes ojos curiosos y arrugando la nariz y volvió a la carga "¿Pero por qué se mueve así?" En ese momento noté que no me estaba haciendo una pregunta cualquiera, sino, que tenía pensado insistir hasta que la respuesta le convenciera, pero yo en ese momento no tenía una concreta. Le respondí como mejor sabía: -"pues ella usa la silla, como ese señor que ves allí va en moto, para ir de un lado a otro"-. Me volvió a mirar y me dijo "pero el señor no entra con la moto en casa y Marga sube con la silla hasta su casa, ¿por qué no se levanta?" ¡¡Uf!! Me rendí y lo zanjé con la respuesta más fácil... -"es porque está malita"- Por esa tarde se acabó el interrogatorio.
Unos días después, Marga me llamó para ver si podía hacerle unos recados, Jon
me acompañó encantado a llevarle las compras, le gustaba que le subiera en su supersilla que se movía y giraba, con sólo tocarle un botón, y cuando Marga lo subía le dejaba conducirla a él solo, ahora hacia delante gritaba encantado, dándole a la tecla, ahora hacia atrás... y cuando chocaban con algo, se reían los dos.
"Marga, mamá dice que estás malita, que por eso no te levantas de esa silla" y Jon se dispuso a curarla con el "Sana, Sanita Sana" para que se pudiese levantar para jugar con él, de pie como lo hacía mamá, pero Marga no se levantava y Jon se que no entendía porque, se puso a llorar desconsolado...
No llores Jon, no me puedes curar porque no estoy malita, yo nací así, igual que tú naciste con esos enormes y preciosos ojos negros" le esplicaba Marga mientras le acariciaba, limpiándole las lágrimas "no me puedo levantar, pero lo que sí puedo es bailar y bailar contigo sin cansarme jamás.." Y cogiéndole en sus piernas, empezaron a dar vueltas y más vueltas riendo hasta casi marearse...


Este cuento nació de la pregunta de un niño de cinco años, lo hice pensando en contárselo para que lo entendiera. Ya aquí en Guareña mi amiga Mercedes y Paco dos profesores del Colegio San Gregorio, me invitaron a contárselo a niños de primaria, la esperiencia fue inigualable, el cuento gustó, a pesar de enfrentarme a los críticos, más imparciales, Gracias por esa oportunidad y espero que ahora pueda servir a otros papás...
4 Responses
  1. Begoña S.R. Says:

    Todo lo que veamos y tratemos con normalidad, porque así ha de ser, llegará a los peques como tal.
    De todas maneras ellos no son tan retorcidos como los adultos.
    Bonito cuento!
    Besos


  2. Mercedes. Says:

    Lola, tan modesta como siempre hay que decir que nos encantó a todos y que hasta tuviste que repetir las lecturas a petición de una parte de nuestros alumnos más pequeños.¡Hasta algunos se animaron a ilustrarlo después! Felicidades a ti por tus relatos y tu dulce lectura. Gracias.


  3. MIGUEL NONAY Says:

    Hola Lola!!
    Como me ha emocionado, y me he sentido identificado con la frase "el señor está malito", u otras peores como "cállate", seguido de un meneo al pobre peke que solo quiere saciar su curiosidad.
    Por mi edad, he vivido tiempos en los que "ser diferente" por llamarlo de alguna manera, era sinónimo de ser objeto de las miradas, miradas y más miradas de la gente (si, siiii como si fuera un famosillo de esos de Gran Hermano o.... ¿Hay algo peor?, jejeje) acompañadas de comentarios como ¡pobrecillo!, ¡qué pena!.., he de reconocer que en mis años de "peke" a esas frases le acompañaban expresiones mías del estilo ¡pobre serás tú que yo me estoy comiendo un bocadillo! o bien el consiguiente bastonazo, para cabreo de mi madre que acababa disculpándose en mi nombre mientras yo enseñaba los dientes al más puro estilo pit bul.
    Más en serio, por fortuna, también empiezo a oir cada vez más a la pregunta del niño o niña, la respuesta de sus padres diciendo, que es para desplazarse.
    A veces he pensado en pararme y explicárselo yo mismo al niño, pero en alguna ocasión lo he intentado y la madre (ya siento hacer alusión a las señoras, pero es que la mayoría de los niños van acompañados por sus madres) se ha puesto tan nerviosa creyendo que me molestaba que han salido por "peteneras" (corriendo, volando, dando trompicones..) así que he decidido que todo fluya por sí mismo y.... "ya se apañarán".
    Cierto es que desde que cabalgo sobre Scooty III, mi evolución ecológica del quad (es eléctrico) las miradas son de "agkerosa envidía" que diría un castizo, y las reacciones de los niños son "mamáaaa quiero unaaaaaa, quiero unaaaaa, buaaaaaa, porqué no tengo una iguaaallll mamáaaaaa"
    Imagino que la respuesta de la madre debería de ser ya agotada por el niño, "porque el señor está COJO y tu no", entonces todo volvería al inicio, ya sabeis: mamá porque el señor usa eso?, por qué entra al bar con la "moto!?...
    En fin Lola. Muy acertado el escrito, una grandísima idea.
    Aprovecho para despedirme pues marcho para Costa Rica, aunque desde allí publicaré un seguimiento del día a día de mi viaje.
    He dejado un post de Praga, aunque no aparece actualizado en los blogs seguidores.
    Besicos,
    Miguel


  4. Lola Says:

    Gracias por los comentarios, siempre he dicho que un blog está muerto sin ellos. Por cierto Miguel buen viaje y somos muchos los que te seguiremos día a día en él.
    Un beso para todos